El agua es un elemento fundamental del paisaje de la Sierra Norte de Madrid. Los ríos Lozoya y Jarama, así como otros cauces de menor importancia, son los ejes en torno a los cuales se han configurado algunas de sus comarcas y muchos de sus municipios. En algunos casos, incluso, el agua cobra tal importancia que se ha convertido en el protagonista absoluto de lugares como el Valle Bajo del Lozoya o los términos municipales de Puentes Viejas, Cervera de Buitrago, El Atazar, Pinilla del Valle o Lozoya, por nombrar sólo a varios de ellos.
El más espectacular de los cinco embalses que regulan el cauce del Lozoya –que suman entre ellos casi las dos terceras partes de la capacidad total de acopio de agua en la región- es el Embalse de El Atazar gracias a sus 1.069 hectáreas de superficie y sus 425,3 hectómetros cúbicos de capacidad máxima. Es un enorme lago que anegó, entre otras cosas, el Molino del Riato y la carretera que se había construido tras la Guerra Civil y que unía El Atazar con Cervera de Buitrago. En la actualidad, la nueva carretera pasa por la coronación de la presa, la más importante del sistema de abastecimiento de la Comunidad de Madrid y la de mayor capacidad –con un 45% del total del agua embalsada–. La presa de El Atazar cuenta con una bóveda de doble curvatura realizada en hormigón armado que tiene 115 metros de altura, 134 sobre cimientos y una longitud de coronación de 484 metros. Este embalse, situado en el tramo inferior del río Lozoya, casi cuando éste confluye con el Jarama, fue inaugurado en 1972 y cuenta con áreas recreativas donde practicar vela, windsurf, piragüismo o canoa. La más popular es el Área Recreativa de La Marina, en Cervera de Buitrago. Allí, empresas de actividades ofrecen sus servicios e imparten desde cursos de iniciación a estos deportes hasta los que enseñan las técnicas más avanzadas. También alquilan todo el material necesario.